por Monasterio | Abr 1, 2021 | Espiritualidad
Dos granos de trigo se encuentran bajo tierra un día de otoño. Alguien los ha introducido allí aquella tarde y luego se ha marchado. Enseguida se reconocen y empiezan a hablar. Qué horror, nos han enterrado en vida y estamos a oscuras, hundidos, aplastados, condenados...
Comentarios recientes