CRUCIFIXIONES DIARIAS

“Conozco a Cristo pobre y crucificado, y eso me basta.” (Francisco de Asís)

La cruz no es devoción

sino signo de entrega

a favor de todos los pequeños de la tierra

pisoteados, ultrajados, expulsados del paraíso;

crucifixiones diarias,

sufrimiento y dolor anónimos

por Él rescatados del silencio

como denuncia de tanta injusticia cometida;

clavado en cruz

como escarmiento y ejemplo,

con el solo propósito de ocultar la luz

que señalaba sus excesos.

Sin embargo, su intento

se volvió

en sentido contrario,

bastó su vida y mirada

para iluminar la noche

de los campos repletos de cadáveres,

de las estancias del desconsuelo

y creciente desasosiego,

de aquello/as que cercenan las hojas verdes;

crucifixiones diarias,

inmensas hogueras

que llaman a pronunciarme

para sofocar semejante ignominia.

(Antonio Martínez)