Nuestra Señora de los Ángeles,  es uno de los títulos con el que veneramos a María, madre de Jesús. Este título se generalizó gracias a la acción de los Frailes Franciscanos que se establecieron con San Francisco en la pequeña ermita cerca de Asís (llamada Porziuncula) dedicada a Santa María de los Angeles. Este fue su lugar de encuentro fraterno y su punto de salida y llegada de su misión itinerante por los caminos.

De la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles que circundaba este Monasterio de Santo Toribio encontramos aun los cimientos, dos muros y una pilastra. A esta ermita pertenecía la imagen de la Virgen de los Ángeles que veneramos en el Monasterio;  una talla de madera del siglo XVI que se conserva en el ábside sur de la actual iglesia del monasterio de Santo Toribio.

Llama la atención la sobriedad de la imagen aún tiempo que la ternura que emana de este Dios humanado que en Jesús acaricia el mentón de María mientras ella se complace. Algo huele a cielo en ella, pues el cielo acaso no es ni más ni menos que estar con Jesús.