En el tiempo de cuaresma una llamada que se nos hace es a vivir en mayor simplicidad, despojarnos de todo lo que está dificultado el dedicarle tiempo a Dios. Buscar lo simple evitando todo aquello que nos dispersa, nos aleja de nuestro verdadero yo y de Dios. Pide hacer un ejercicio de discernimiento para darnos cuenta de lo que nos sobra, de aquello a lo que estamos “enganchados” pera quedarnos con nuestra verdad   desnuda ante Dios.

En este santuario la reliquia de la Cruz, el Lignum Crucis, desarma toda pretensión de acudir a Dios con las manos llenas.